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En su primer día a la cabeza de la cartera, el nuevo ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, inició la jornada enviando una fuerte señal de lo que será su estilo y cuáles serán los ejes de su gestión, al iniciar sus actividades oficiales con una "histórica" visita a la sede de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), gesto que el presidente de la multisindical, Arturo Martínez, catalogó como "muy simbólico".

Según el timonel de los trabajadores esta es la primera vez que un ministro del Trabajo de la Concertación inicia su gestión reuniéndose con la CUT antes de hacerlo con los empresarios.

"Espero que este gesto marque un giro de relación que pretende establecer el nuevo gobierno con los trabajadores, la que esperamos sea franca y abierta. Sin duda que tendremos diferencias y coinflictos, pero es natural que se den cuando a lo que aspiramos es a ayudar a construir una soicedad más justa y más humana", afrimó Martínez.

El presidente de la CUT recordó que con los anteriores gobiernos concertacionistas las relaciones han sido de dulce y de agraz para los trabajadores. "Hemos tenido varios momentos de colaboración y otros tantos de conmfrontación, pero siempre hemos actuado con respeto, altura de miras y defendiendo nuestros valores y pirincipios", dijo el dirigente, quien agregó que la CUT seguirá actuando de esta manera.

A renglón seguido, Martínez aprovechó el encuentro con el ministro - quien estuvo acompañado por los subsecretarios del Trabajo y Previsión Social, Zarko Luksic y Lissette García, respectivamente - para entregarle los "principales temas de preocupación"del mundo sindical. Entre ellos: la constitución de una instancia que favorezca el diálogo social; la reforma constitucional del sistema binominal, la eliminación de leyes de exclusión política de dirigentes sindicales, y la reforma al sistema de pensiones.

Eje de la reforma

Todos los puntos planteados, según Andrade, son coincidentes con las propuetas laborales del nuevo gobierno. El secretario de Estado sostuvo que será la cartera que dirige la responsable de plasmar uno de los sellos distintivos que debería tener el mandato de Michelle Bachelet: la protección social.

Para lograr este objetivo, Andrade aclaró que el eje de la reforma previsional que impùlsa La Moneda no está en el mercado de capitales, sino que en mejorar las pensiones de los trabajadores.

"No es una reforma que apunta a resolver las dificultades de la industria. Es una reforma que apunta a resolver el compromiso inicial del sistema que es otorgar una pensión digna", dijo el ministro, quien agregó que para lograr este objetivo será necesario buscar las fórmulas que permitan "asegurar que este viejo o vieja que ha trabajado toda su vida, que ha tenido lagunas y momentos de cesantía, tenga acceso a una pensión digna y decente"

Inflexible

Asimismo, el titular del Trabajo informó a la CUT que el tema de la flexibilización laboral, verdadero caballito de batalla de los empresarios durante gran parte del mandato del Presidente Lagos, no forma parte de las preocupaciones de la nueva admnistración.

"La flexibilidad laboral no está en la agenda de este gobierno y, en consecuencia, tal cual como lo he dicho en otras ocasiones, no corresponde hablar de ello", sostuvo.

Según Andrade, en lugar de plantear mayores grados de flexibilización, el interés del gobierno estará en la generación de más y mejores empleos, especialmente para jóvenes y mujeres, grupos que tienen más dificultades pra acceder a los puestos de trabajo.

"Yo diría que es al revés, de lo que hay que hablar es de empleo y cuando hablamos de empleo (hablamos de crear) los instrumentos más adecuados para que el empleo sea lo más pleno y lo más amplio posible", afrimó. Y por cierto, "decente", como ha remarcado Bachelet en las últimas horas.

Fuente: Diario Siete / 14 de Marzo de 2006 / Gastón Abarca León